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PRIMER CAPÍTULO 

DEBERES MORALES DEL HOMBRE
En este capítulo nos da a conocer el respeto a  Dios que es el ser  que reúne la inmensidad de la grandeza y de la perfección. Nosotros, aunque criaturas suyas y destinados a gozarle por toda una eternidad, somos seres muy humildes e imperfectos.
 
 
Pero El se complace alabanzas y plegarias  recibiendolas como un homenaje debido a la majestad de su gloria, como prendas de adoración y amor que el corazón le ofrece en la efusión de sus más sublimes sentimientos,  nada puede, por tanto, excusarnos de dirigírselas.
 
 
Los ruegos son una expresión sincera del reconocimiento en que vivimos de que El es la fuente de todo bien de todo consuelo y de toda felicidad, y con ellos movemos su misericordia, yaplacamos la severidad de su divina justicia, irritada por nuestras ofensas
 
 
porque El es Dios de bondad y su bondad tampoco tiene límites. ¡Cuán propio y rnatural no es que el hombre se dirija a su creador, le hable de sus penas con la confianza de un hijo que habla al padre más tierno y amoroso, le pida el alivio de sus dolores y el perdón de sus culpas.

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